El pasado día 2 de Septiembre asistí a una exposición de arte de Ramón Espuny, abogado-pintor valenciano, que fue expuesta en la galería Puchol en la calle Conde Salvatierra de Álava.
Se trata de una exposición de cuadros realizados, como he citado anteriormente por Ramón Espuny, en el que “La Menina”, icono Velazqueño, ha sido el objeto monotemático de la inspiración del autor, es decir, el pintor intenta plasmar a través de la pintura su interpretación del original del pintor conocido: Velázquez, creando nuevas formas, texturas y volúmenes, todo ello formando una unidad que representan esa visión personal de este icono tan reconocido por todos.
Es una forma diferente de proyectar, pues de algo ya pintado por un autor, en este caso Velázquez, y es representado por otro pintor según las emociones que ese cuadro le ha hecho sentir.
Ramón Espuny emplea la técnica de “pintura al fresco”, una de las técnicas más antiguas y de la historia del arte que arranca desde la Antigüedad Clásica y tiene su momento de esplendor desde el gótico hasta el barroco. Con esto, el autor trata de reivindicar esta técnica que a pesar de haber sido muy utilizada en épocas anteriores y la cual se ha ido perdiendo con el tiempo, no es ajena a la modernidad que existe hoy en día en el arte de la pintura.
En esta exposición pude observar dos tipos de cuadro, en el que cada uno de éstos representa a una menina diferente. Me explico, el autor hace una diferencia entre las meninas. Por una parte podemos observar una menina definida en su forma, se distinguen sus distintas partes del cuerpo como podrían ser los brazos o los hombros o incluso la vestimenta.(imagen 1)
(Imagen 1)Por otra parte una Menina en la que no se diferencian sus miembros, ni su vestimenta sino que todo ello forma una “mancha” que envuelve todo su volumen, pero que claramente si únicamente tuviésemos delante ese cuadro podríamos decir que se trata de una representación de una menina, lo cual me llamó mucho la atención. Que algo tan simple significara tanto. (Imagen 2)
(imagen 2)Como conclusión añado que me gustó mucho esta exposición por el hecho que Ramón Espuny representa de forma muy singular y simple al icono por el que reconocemos, entre otros, al pintor español, Velázquez, además de los colores vivos que emplea en unos, y en otros más apagados, que utiliza en esta exposición de arte.
publicado por: Tormentadenieve
Muy bien el comentario.
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