martes, 7 de diciembre de 2010

UNA NUEVA ANDALUCÍA

Este puente hemos estado de viaje por Andalucía. Han sido tres días muy intensos por Granada, Córdoba y Sevilla.
 En mi opinión, la vocación de arquitecto es un verdadero privilegio. Creo que no todas las carreras te hacen disfrutar tanto como la nuestra. Vas andando por la calle y todo parece que gira en torno a ella. Entras en un edificio y tu cabeza no deja de pensar, de tratar de entender sus porqués, de descubrir sus secretos... La arquitectura es crear espacios que nos transmiten sensaciones únicas. No sabemos bien porqué, a veces estamos en un sitio del que no queremos despedirnos. Eso es arquitectura: toda esa suma de detalles, ese juego de luces, de materialidad, de compleja simplicidad, de volúmenes que se extraen y otros que se añaden…
La anterior reflexión la he tenido muy presente durante este viaje. ¡Parece algo repelente pensar que incluso en nuestro tiempo libre tengamos ganas de seguir creciendo en la arquitectura! Es a eso a lo que me refería antes. Esta carrera no es de las que una vez cierras los apuntes la olvidas. ¡Parece que no se puede desconectar de ella! No son solo estudios, es una pasión.
Por otra parte me gustaría comentar otro aspecto distinto del viaje. Cuando se hable de Andalucía nos viene a la cabeza una imagen muy “tipical spanish”. El flamenco, las tapitas, las típicas casitas blancas, la costa del sol, las callejuelas de Granada, la mezquita de Córdoba… Y sin querer nos perdemos en esos tópicos y olvidamos otras mil maravillas que sus ciudades encierran.
Este viaje ha sido un momento perfecto para ver las “maravillas” de siempre y descubrir las nuevas “maravillas”.
¡Cómo no, también ha sido un momento perfecto para inspirarse para el blog! He podido hacer muchas fotos de lugares espectaculares. Sin embargo, ¡he tenido que elegir! Y he seleccionado unas cuantas que me parecen que muestran mejor esa cara “desconocida” de Andalucía.




Estas dos primeras fotos son de Lanjarón. Se trata del Museo del Agua. El arquitecto es Juan Domingo Santos. Me pareció curioso como el proyecto comenzó con un ajustadísimo presupuesto. Esto les obligó a agudizar el ingenio y a reutilizar la mayor parte del anterior edificio, un matadero. Además, también trataron de recurrir a otros materiales reutilizados. La primera foto es un claro ejemplo de ello. Nos contó el arquitecto que el pavimento exterior está compuesto por los restos de troncos de unos árboles destruidos en una tormenta. El resultado es asombroso. Esto es una muestra de que la clave de un buen proyecto no es el dinero que se invierte en él. En este museo se puede palpar la dedicación que han puesto en él los arquitectos, como se ha cuidado hasta el último detalle. En la segunda foto, también de la parte exterior, podemos ver una escalera que parece sacada de un cuento y una fuente de la que emana un fino chorro de agua. Debemos entender que en el museo todo girará en torno al agua y que por ello se tendrá muy presente en los diversos puntos del edificio. Para ello emplean videos, luces, sonidos o la propia agua al natural que juega con dicho concepto y nos permite disfrutar de su tranquilidad.


La tercera imagen es del Museo de la Memoria de Alberto Campo Baeza, Granada. De nuevo este arquitecto me sorprende con su maestría y su capacidad de crear verdaderas obras de arte. Este edificio juega con  una explosión de luz natural que recibe del exterior, con su espectacular patio, con colores y materiales fríos que nos refrescan de la calurosa Andalucía… La foto es de la rampa del patio. Ésta recorre con una curva perfecta la altura al completo del edificio, de arriba abajo. Con un blanco impoluto y una delicada barandilla de cristal, con sus curvas que parecen extraídas del futuro, con su recorrido perfecto… el resultado no puede dejar de sorprendernos.


Por último quería mostraros una foto del edificio que más me gustó. Éste es el Centro de interpretación de Medinat Al-Zahara de Nieto y Sobejano, Córdoba. Es un edificio de una sola altura, que destaca claramente en anchura respecto su altura y esto lo hace más bello aún. El edificio está realizado fundamentalmente de hormigón blanco visto y acero corten. Posee un patio central que podría recordarnos al estilo arquitectónico de Mies en el Pabellón Barcelona. De éste y de sus claraboyas procede la mayor parte de su fuente de transmisión de luz natural. Este edificio sería el mejor ejemplo de aquello que comentaba al principio, esa sensación de no querernos marchar de un lugar por su confortabilidad, su magia. La foto es de aquello que vemos nada más llegar al museo. Bajas del autobús y te encuentras con esa entrada tan simple que la hace tan espectacular, esos muros que parecen tan ligeros y te invitan a entrar.
En fin, no quiero excederme más de la cuenta. Tan solo quería compartir con vosotros estos lugares únicos e invitaros a visitarlos. Porque creo que aún nos queda mucho por descubrir. Cuando viajéis, cerrad la guía de la ciudad y callejear, dejaros llevar, encontrar todos esos sitios desconocidos que son tan especiales y tienen tanto que enseñarnos.

“Si el mundo fuera obvio, el arte no existiría”

Publicado por: monalisa

1 comentario:

  1. No es nada repelente esa idea del constante crecimiento. Están muy bien las fotografías y tus reflexiones.

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